ANTE SU ODIO, NUESTRA resistencia.

 

Desde la Red de Hombres por la Igualdad, Equidad y Diversidad de Granada queremos condenar la salvaje agresión homófoba que ha tenido lugar este fin de semana en Madrid.

Mientras muchos de los medios de comunicación de este país siguen poniendo en duda el carácter homófobo del delito de odio cometido contra este chico de sólo veinte años, nosotros consideramos que el hecho de que se atrevan a grabarte la palabra “maricón” en el culo a punta de navaja, debería ser motivo suficiente para condenar firmemente el carácter de la agresión. Y no. No es un caso aislado. Es un hecho que se suma a las de Granada, Toledo, San Fernando (Cádiz), Vitoria o Melilla, entre muchas otras. Una de ellas, incluso acabó con la vida de Samuel en A Coruña.

Son muchas. Demasiadas ya las agresiones lgbtifóbicas las que preceden a esta de la que nos hacemos eco. Y nos preguntamos, cuántas más van a hacer falta para que dejemos de ser un instrumento político para ganar votos y se genere una verdadera ley de protección por y para el colectivo. Ya está claro que los discursos de odio matan y llevamos consintiéndolos mucho tiempo en este país, dejando que inunden las disertaciones de muchos partidos y sean parte de la parrilla informativa de muchos medios que no han hecho más que legitimarlos.

Ahora hablamos de 8 encapuchados cuya identidad puede ser cualquiera. Un grupo más de fanáticos ideológicos que se creen con el derecho de coaccionarnos, vejarnos, humillarnos y agredirnos. Pero, quienes hemos nacido maricones y moriremos siéndolo, sabemos que la agresión, puede venir de cualquiera. Nos han agredido hombres que, sintiéndose más hombres que nosotros, se han creído con el derecho de usarnos para certificar su hombría; nos han agredido mujeres por no ser lo suficientemente hombres y para reforzar la figura de macho de muchos de los chicos que tienen al lado, e incluso en ocasiones, su propia masculinidad; Nos han atacado hasta los propios maricones por no ser lo suficiente maricón o incluso por hacerlo ver demasiado y no ser muy masculinos a su parecer. Y a esto se suman los medios, la política o la iglesia y sus dogmas sin justificación alguna, en una absurda regresión al pasado donde la violencia estaba justificada contra las diferencias.

Estas agresiones, no son más que un intento por imponer un orden de las cosas que ya ha demostrado con creces que está basado en una utopía, en un constructo social idílico para unos pocos y que no tuvo nunca en cuenta ni la más mínima diversidad. Una visión heteropatriarcal de la sociedad que alimenta este tipo de delitos por el simple hecho de ser mujer, maricón o simplemente, no ser quienes creen que debes ser. Por eso, la ideología del miedo se instaura con tanta facilidad entre la sociedad. En vez de educarnos tolerantes y libres, nos educan con el miedo a perder nuestra identidad de conjunto. Señalando al diferente para construir una otredad y reforzar así la idea de que diferente, es igual a amenaza.

Por eso, desde nuestra asociación, reclamamos una educación feminista y diversa. Creemos necesario insistir en que lo que unos ven como propuestas educativas, son  necesidades para mejorar la calidad de vida de muchas personas. Necesitamos mejores referentes y referencias para construir una sociedad más sana, más justa y libre de odio. Una sociedad donde nadie tenga que perder la vida para remover conciencias y donde cada cual, sea libre de ser, de sentir y de vivir como le venga en gana.

Ilustración de Andrea Farina