ESTE 8 DE MARZO, OS PEDIMOS IMPLICACIÓN.
Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, La Red de Hombres por la Igualdad, Equidad y Diversidad de Granada, hace público su apoyo a las movilizaciones del 8 de marzo, a los reclamos de nuestras compañeras de la Plataforma 8M y 25N de Granada, a los de la Asamblea Feminista Unitaria, así como a los de AHIGE (Asociación de Hombres por la Igualdad de Género); todos ellos, grupos de los que formamos parte.
La crisis de la Covid-19, ha dejado al descubierto que el peso de los cuidados sigue recayendo especialmente en las mujeres, y que los hombres debemos asumir nuestra parte de responsabilidad en los mismos.
Además de la crisis sanitaria, vivimos otras de orden económico, político y social (conflicto bélico en Ucrania, auge de la ultraderecha y sus discursos de odio, incremento de las amenazas a los sistemas democráticos, etc.), que exigen cuidar los ámbitos que intervienen en la construcción de la identidad social. Esto requiere una revisión de las masculinidades, especialmente las que encarnamos los hombres, así como de las exigencias y mandatos sociales que nos limitan. Queremos liberarnos a nosotros y a nuestro entorno de las cargas patriarcales.
Por ello, unimos nuestras voces a las de nuestras compañeras en la reivindicación de una educación pública, gratuita y de calidad, que incluya contenidos sobre diversidad, feminismo, educación sexual, emocional y de resolución no violenta de conflictos, entre otras. Así mismo, reivindicamos una sanidad pública de calidad, que también incluya la salud mental. Exigimos también que se invierta en políticas públicas de igualdad que incluyan acciones específicas dirigidas a los hombres, y promuevan la reflexión y cuestionamiento de las masculinidades desde la perspectiva de los hombres.
En definitiva este 8-M, como parte ineludible de los procesos de cambio, pedimos mayor implicación a los hombres. Pedimos presencia y apoyo a la asistencia masiva a las movilizaciones porque necesitamos fuerza y unión.
¡Sus luchas son nuestras luchas!
Gracias por vuestro apoyo. Hacéis una labor increíble.
BANDERAS DIVIDAS EN EL FEMINISMO
Ante la división de las manifestaciones en este 8 de Marzo del movimiento feminista, entre feministas abolicionistas y feministas no abolicionistas, se espera de algún modo que se tome partido en un sentido u otro. He leído las descalificaciones que las abolicionistas de Granada, agrupadas en varias organizaciones hacían a la Plataforma 8M y 25N de Granada:
“Son grupos totalitarios que nos quieren suplantar, tergiversar nuestras reivindicaciones y expulsarnos de nuestras manifestaciones”
Los términos son clarificadores: totalitarismo, suplantación, tergiversación ,y expulsión.
Las mujeres que no piensan como nosotras son totalitaristas: Es decir que los otros grupos feministas no abolicionistas, son totalitarios, lo que implica que quieren imponer sus ideas sobre lo que es el feminismo.
Dejan claro que ellas son las verdaderas feministas, ya que las otras llamadas feministas, quieren suplantar al verdadero feminismo, al verdadero, al único posible y que sin duda es abolicionista de base
Aquellas mujeres que no estén de acuerdo, lo único que quieren es “tergiversar” el verdadero discurso emancipador de las mujeres, imponiendo el suyo propio e intentando legislarlo
Finalmente aclaran que esas manifestaciones son exclusivamente suyas, para ello también se utiliza el papel de víctimas (porque siempre conviene), ya que las otras feministas lo que quieren es “expulsarlas de nuestras manifestaciones”.
El mensaje es claro: No queda otra opción más que apoyar a las feministas víctimas de las corrientes feministas totalitarias, tergiversadoras, suplantadoras y expulsoras.
Sinceramente no me extraña nada este tipo de afirmaciones de estos grupos feministas. Hasta hace bien poco estaban unidas sin fisuras, y juntas participaban con la plataforma 8m y 25n, y han determinado el feminismo hegemónico en los últimos años, pero ahora han orientado su ataque otras mujeres y otros grupos de mujeres por pensar diferente.
La forma y el discurso de estos grupos feministas, no difiere del que se ha utilizado hacia otros hombres y mujeres que han intentado plantear críticas o puntos de vista contrarios a los que el feminismo hegemónico planteaba
Desgraciadamente hace ya unos años que el feminismo no ha sido tolerante ni abierto a otros posicionamientos ni a otras ideas que cuestionen o pongan en duda cualquiera de sus planteamientos.
En estos años pasados y actualmente también, cualquier crítica o disidencia de pensamiento con postulados defendidos y postulados-bandera del feminismo, era definida de totalitaria, que provenía exclusivamente de la extrema derecha, que tergiversaban las reivindicaciones feministas , que solo eran de negacionistas retrógrados, que provenía de aquellos que querían acabar con el feminismo porque consideraban una amenaza a su estatus de macho patriarcal, que querían suplantar al verdadero feminismo, que provenía de machistas machirulos porque perdían privilegios y por eso querían acallarlas o expulsarlas de donde estuvieran, etc..
No se ha permitido ningún pensamiento crítico. Ante la mínima sospecha de disidencia, las acusaciones en redes sociales o públicas era total. El linchamiento al disidente ha sido una práctica común… (aprovecho para clarificar que no escribo disidenta por que en el caso de las palabras terminadas en “ente”,- presidente, asistente, disidente…- se refieren al “ser” que hace esa acción, y “ente” no es ni masculino ni femenino y por tanto no hay porqué inventarse un femenino, para ser políticamente correcto en el lenguaje inclusivo)
Nada de los postulados del feminismo era cuestionable. Y de esta manera el feminismo hegemónico se ha ido abriendo paso, implantando leyes, debates interesados, imponiendo corrientes de opinión a su favor, creando un entramado político, judicial, social extenso que ha calado en toda la sociedad, si o sí.
Y ahora la cuestión actual es situarse y elegir entre estas dos manifestaciones.
No me considero abolicionista, y no participaré en la convocada por las abolicionistas, pero queriendo un mundo sin injusticias, con igualdad y sin privilegios entre hombres y mujeres, tampoco apoyaré la manifestación de la Plataforma 8M y 25N.
No estoy de acuerdo con el paquete completo que plantean. Y esto es importante, ya que según este feminismo de la Plataforma, si estás conmigo, estas con el paquete entero de medidas y posicionamientos que enarbolo, por bandera. Y creo que este paquete de contenidos, tiene fisuras que deberían ser cuestionadas y sometidas a profundo debate.
Ahora la división entre el feminismo es tan sólo por dos cuestiones claves, la cuestión trans y la pornografía/prostitución.
Creo que es importante reflexionar sobre si realmente esas son las dos únicas cuestiones que causan división dentro del feminismo. Y sin restar importancia, realmente creo que existen otras cuestiones iguales en incluso más importantes que deberían haber creado una brecha mucho más amplia
Por ejemplo la inexistencia de cuestionamientos hacia la Ley de violencia de género. ¿Toda la ley de violencia de género es asumible desde el feminismo sin fisuras?
Me consta que hay sectores de un feminismo crítico con la ley de violencia de género, (donde se encuentran feministas de toda la vida como Empar Pineda o Cristina Garaizabal, así como juristas, abogadas, etc..) pero a nivel general , el feminismo más hegemónico ha demostrado un apoyo incondicional a la “Ley de violencia de Género”.
¿Realmente está de acuerdo todo el movimiento feminista, sin fisuras, en que es incuestionable esta Ley?
Sin entrar en profundidad, creo que es cuestionable desde el mismo principio sobre el que está basada. Me refiero, al falso y único argumento de que la violencia se produce es “por el simple hecho de ser mujer”.
¿Realmente no es cuestionable la construcción falsa de todo un discurso feminista en base a que la violencia es solo unidireccional y por un sólo motivo, sin cuestionarse nada más sin tener en cuenta la estructura familiar, las escasas habilidades para la resolución de los conflictos; el alcoholismo, las toxicomanías…etc..?
¿Hay consenso absoluto en no plantearse o considerar un mal menor la vulneración del derecho a la presunción de inocencia que genera hacia los hombres o las penas diferentes ante mismos delitos?
No genera reflexión el hecho de que en esta Ley no se recoja la violencia que se pueda producir entre parejas del mismo sexo, entre dos mujeres o entre dos hombres. ¿Es que entre parejas del mismo sexo, lesbianas, u homosexuales no se producen violencias? ¿realmente los motivos que conllevan esas violencias en parejas heterosexuales son distintos a los que se dan en parejas de lesbianas u homosexuales?, ¿los motivos de celos, la venganza, la mala gestión de los conflictos, etc.. no se producen en parejas de diferente sexo? ¿sólo importa la violencia que se produce entre parejas heterosexuales?
¿No se sorprende nadie de lo que significa la creación de “tribunales especiales” para ciertos delitos, que en España existan tribunales sólo para hombres?
Sin embargo se continúa con un discurso de negación absoluta de la existencia de denuncias falsas en violencia de género, sin querer abordar el peligro de su existencia y las consecuencias nefastas que produce. Por el contrario se le da cabida a un relato distorsionado donde una mujer nunca pueda mentir, falsear o utilizar la Ley para beneficio propio.
Minimizar los efectos, o ser indiferente hacia lo que ha supuesto esta Ley para demasiados hombres, y su entorno social más cercano,(sus nuevas parejas, los hijos, los abuelos…) es un gran error que está pasando y pasará factura, que ya genera bastante distanciamiento con el feminismo.
En ese distanciamiento con el feminismo también se encuentran esos miles de hombres denunciados, que tras pasar por un suplicio judicial, aunque finalmente haya quedado archivada o sobreseida su causa o incluso habiendo sido absuelto de los delitos que pesaban sobre ellos, han pasado por un calvario terrible que no conviene desearlo para nadie en este mundo. (arrestos, comisaria, alejamiento de los hijos, perdida de su entorno y casa familiar, consecuencias laborales, sociales, de nuevas parejas, estigmatización de haber estado en un proceso por violencia de género.. etc,)
Incluso cuando finalmente hayan salido absuelto de esas denuncias, el difama que algo queda, es un arma terrible que ha supuesto un mal social que el feminismo hegemónico ha silenciado y del que no ha querido ser consciente, pues son el resultado de una ley que apoyan sin fisuras, que realmente está generando más problemas de los que pretende solucionar.
Y peor aún en el más terrible de los casos, cuando han sucedido situaciones en la que han sido condenados sin haber cometido el delito por el que se les ha acusado en base a dar por válido el testimonio de la mujer sin existencia de pruebas reales de que dicha violencia haya sucedido.
Se ha llegado con una visión acotada, a considerar que estas situaciones son mínimas o anecdóticas, lo que tampoco favorece a un abordaje más complejo de las terribles consecuencias que esta Ley ha supuesto y está suponiendo para esta sociedad.
Se puede negar la evidencia, pero flaco favor se está haciendo realmente a las mujeres que verdaderamente puedan estar sufriendo algún tipo de violencia.
Tampoco ha importado cuando el hombre es el que ha sido víctima de violencia por parte de la mujer. Se ha negado la existencia de estas situaciones . Se ha minimizado su impacto. No se ha querido abordar el problema
El feminismo hegemónico ha hecho defensas de procesos indefendibles y que generan gran controversia social: La gran defensa del “Yo si te creo hermana” y que jamás se cuestione lo que una mujer diga, simplemente porque lo exprese una mujer, es ofensivo, indignante y claramente una falsedad, ya que las mujeres, como los hombres, mienten, engañan y también matan, aunque el feminismo actual piense lo contrario.
El feminismo hegemónico se ha declarado excesivamente punitivista. ¿realmente la excesiva tutela de las leyes sobre la vida de las mujeres, que puede redundar en una actitud proteccionista del gobierno no plantea dudas y fricciones importantes?
Y aún pudiendo sentirse incómodo en la versión más punitivista ha cerrado filas en esa punitividad incuestionable objeto de las decisiones políticas, y se ha situado favorable al punitivismo, además de entender la igualdad en obtener privilegios, cuotas y generar desigualdades. En este sentido los mensajes del que el “hombre” es el enemigo, ha formado parte del relato que poco se ha cuestionado.
Ha apoyado, sin critica alguna, legislaciones sesgadas, basadas en una supuesta perspectiva de género, que ha limitando sus visiones a una única direccionalidad: como ha sido la persecución y la prohibición judicial del Síndrome de Alineación Parental en la nueva Ley de protección a la Infancia . Este síndrome, expresa que cualquier progenitor, ya sea hombre o sea mujer, pueda utilizar a los hijos como forma de hacer daño o vengarse de su expareja. Es decir la utilización de los hijos en conflictos de pareja puede darse por el hombre y por la mujer.
Sin embargo el feminismo si ha hecho bandera con la “violencia Vicaria”, bajo la falsa premisa de que únicamente se produce en un sentido: únicamente la realiza el hombre hacia la mujer utilizando a los hijos para ello. Y aunque también sucede en sentido contrario, se obvia que haya mujeres que utilizan a los hijos para vengarse de su expareja. El feminismo hegemónico ha callado, minimizado y mirado para otro lado cuando suceden casos contrarios a su línea argumental.
No se ha escandalizado el feminismo hegemónico cuando el Tribunal Supremo
estableció que todas las agresiones de un hombre a una mujer dentro de una relación de pareja deben condenarse como violencia de género. Incluso en los supuestos en los que la agresión sea mutua o que no se perciba ningún elemento que revele que la violencia se produce por el hecho de ser mujer, (como lo acordaba en Pleno la Sala de lo Penal tras una sentencia que revocaba la absolución dictada por la Audiencia de Zaragoza de una pareja que se había agredido mutuamente)
Igualmente que no se plantea “nos están matando” cuando estadísticamente se aprecia que son los hijos los que mueren y son asesinados principalmente y de formas mayoritaria a manos de las mujeres, sus madres. Estos datos no apoyan su relato y por eso lo silencian y los obvian.
El feminismo hegemónico ha cerrado filas expresando su apoyo incondicional ante casos de secuestradoras de hijos como el de Juana Rivas o María Sevilla. Lo ha hecho distorsionando los hechos para que cuadraran en su narrativa de victimismo y del “yo si te creo”. Casos complejos donde los intereses de las madres han llegado a utilizar la Ley de violencia de género para beneficio propio.
Se ha construido un discurso en base a la exageración de datos creando una alarma social inexistente.
El feminismo hegemónico no cuestiona, sino que ha aprobado cambios legislativos que generan indefensión y situaciones terribles para los hombres, como el cambio en el Artículo 94 del Código Civil que ha entrado en vigor el pasado 3 de septiembre de 2021, que implica que la simple interposición de denuncia por Violencia de género, conlleve que inmediatamente no se produzca el régimen de visitas, del hombre hacia sus hijos.
Teniendo en cuenta que aproximadamente el 80% de todas las denuncias por Violencia de Género quedan sobreseidas o archivadas, el daño añadido que ello produce en los hombres no se ha considerado importante. Esos hombres no habrán podido tener contactos con sus hijos, por haberles sido negada o haber sido paralizado el régimen de visitas que tuvieran con ellos. La presunción de inocencia se ha visto de nuevo vulnerada, pero tampoco importa demasiado
El feminismo hegemónico se ha construido en base a la victimización continua En esa necesidad de seguir siendo víctimas, como se aprobó en Diciembre de 2021 , tampoco cuestiona que se considere a las mujeres, víctimas de violencia machista, incluso cuando no hayan presentado la denuncia o incluso cuando finalmente se archive la causa, o esta sea sobreseida e incluso cuando sea absuelto al acusado. Da igual, es necesario seguir siendo víctima porque es necesario seguir construyendo un discurso de victimas que genere beneficios económicos (entre ellos los que provienen de fondos Europeos y seguir manteniendo un entramado organizativo en torno a este.
Tampoco cuestiona el entramado económico que hay asociado en el cual las verdaderas víctimas no tienen realmente recursos , ya que aunque con los datos expuestos de que el Instituto Andaluz de la Mujer sólo destina el 3% de su presupuesto a las víctimas de violencia, siendo el 97% restante dirigido a sueldo, alquileres, asociaciones, etc..no ha generado la más leve de las preguntas ante esta situación
Y sigue planteando un discurso victimista donde de todos los males las mujeres siempre son las peores víctimas, incluso en esta Guerra de Ucrania, donde se llega a afirmar que son las mujeres las que más sufren porque tiene que huir y realizar los cuidados, aunque no importe realmente que el 95% de todos la personas que están muriendo en la guerra sean hombres. Da igual, para el feminismo hegemónico, las verdaderas víctimas son siempre en todas partes las mujeres. La brecha de empatía ha sido una constante.
Y tampoco se plantea los contenidos que se atribuyen a la existencia de una brecha salarial, ya que si sólo se comparan los ingresos brutos de todos los hombres y de todas las mujeres, se refleja que existe una diferencia, pero no es real el discurso asociado de que sea debida a una única cuestión de discriminación de género.
Aparte de ser ilegal, es inconsistente. Cuando se introducen análisis de variables distintas, como duración de la jornada completa o parcial, complementos por peligrosidad, nocturnidad, la existencia de la maternidad, las opciones de las madres en el cuidado de sus hijos, etc.. entonces se comprueba que la brecha salarial no existe
La idea basada en que los hombres cobran más que las mujeres por el mismo trabajo, es falsa pero sigue siendo abanderada por el movimiento feminista.
Y aunque haya que avanzar en corresponsabilidad en cuidados, en reducir la precariedad laboral, temporabilidad y bajos salarios, no se puede hacer desde la falsa base de los contenidos que se le atribuyen a la brecha de salarial
El feminismo hegemónico continúa planteando necesidades ya superadas, como la necesidad de igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Esa igualdad existe. Afortunadamente no hay ninguna Ley que discrimine a ninguna persona por ser mujer u hombre.
Creo que aparte de las cuestiones trans, pornografía y abolicionismo existen otras cuestiones que si deberían haber sido de agenda diaria en el feminismo , pero ni aparecen, ni creo que por el momento aparecerán en el feminismo hegemónico.
Desde dentro de los grupos feministas no dudo que existan corrientes muy minoritarias que hayan planteado disidencias distintas, pero no han podido, o no han querido, o no han tenido suficientes apoyos, o realmente no han estado en un desacuerdo suficiente con las principales banderas promocionadas por el feminismo, o las han considerado un mal menor, han querido priorizar la unidad frente a la diferencia…etc…y finalmente no han mostrado un desacuerdo abierto que haya supuesto fracturas o divisiones mayores.
Por todo esto desgraciadamente, no puedo sumarme a ninguna de las convocatorias del 8 de marzo. No puedo estar de acuerdo con el paquete completo que se toma por bandera del feminismo.
Y no soy de derechas, ni de vox, ni soy un machista opresor que cree que va a perder sus privilegios….Un saludo
Finalmente de lo que trata verdaderamente tu «alegato» no es de la manifestación del 8M y sus controversias sino de la victimización de los hombres por la «injusta» Ley de Violencia de Género. Aún con todo, cada año son asesinadas en todo el mundo miles de mujeres por el solo hecho de ser mujer, te pongas como te pongas. Pero ahora va a resultar que las víctimas somos nosotros. ¡Qué penita me doy!